
Chiptune — un género de música electrónica basado en los sonidos de las antiguas consolas de videojuegos. Historia de la música de 8 bits, artistas clave e influencia en la escena moderna.
Chiptune (o música de 8 bits) es un género de música electrónica basado en los sonidos de los chips de audio de antiguas consolas y computadoras. Su característico sonido «pixelado» se convirtió en símbolo de la era de los arcades, Nintendo, Sega y Commodore. Hoy en día, el chiptune existe tanto en su forma original como en forma de remixes modernos y actuaciones en vivo.
Historia
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Décadas de 1970–80: los primeros chips de sonido (SID en Commodore 64, PSG en Sega, Ricoh 2A03 en NES) limitaban la música a 3–4 canales y formas de onda simples.
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Compositores de juegos como Koji Kondo (Super Mario Bros., The Legend of Zelda) y Rob Hubbard (juegos para Commodore 64) hicieron que esta música fuera icónica.
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En los años 90, el chiptune se desarrolló en la demoscene — una comunidad de programadores y músicos que creaban música directamente en código.
Características sonoras
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Ondas simples: cuadrada, triangular, de sierra y ruido.
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Canales limitados: normalmente 3–4 pistas simultáneas.
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Sonido lo-fi: una «aspereza digital» característica que recuerda a la música de los juegos antiguos.
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Melodicidad: debido a las limitaciones, los compositores se centraban en melodías pegadizas.
Desarrollo moderno
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En los 2000 surgió el movimiento Micromusic, que reunió a músicos que creaban temas en Game Boy (con el programa LSDJ) o en emuladores de chips.
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El chiptune pasó a formar parte del bitpop y de la escena indie: bandas como Anamanaguchi combinan sonidos de 8 bits con instrumentos en vivo.
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Los elementos del chiptune se usan ampliamente en EDM, synthwave e incluso en el pop.
Influencia
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El chiptune tuvo una gran influencia en la cultura de los videojuegos, dando lugar al estilo nostalgia de 8 bits.
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Sus elementos aún aparecen en bandas sonoras (por ejemplo, en Scott Pilgrim vs. The World).
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Visualmente, el género se asocia con gráficos pixelados, arcades y la estética retro de los videojuegos.
El chiptune demuestra que incluso con las tecnologías más simples se pueden crear verdaderas obras maestras.